Nuestro compañero Héctor comenzó con una gran historia acerca del nacimiento de uno de los más importantes circuitos del mundo dentro de estas pequeñas piezas que forman la pasión por el automóvil, que no son solo coches, sino las historias que los rodean, ingenieros, diseñadores y anécdotas que forjan leyendas. Y no hay mejor manera que seguir con uno de los mayores mitos vivientes que todavía habita por nuestras carreteras, el Porsche 911 que en este año 2013, celebra su 50 aniversario.
911 (1963 – 1972)
Nuestro protagonista, único en muchos aspectos, como conservar la arquitectura con el motor situado transversalmente por detrás el eje posterior, comenzó su andadura allá por 1963. Inicialmente presentado como Porsche 901 en el Salón de Frankfurt con el fin de suceder al exitoso 356, que llevaba en el mercado desde 1947 y ya con claros signos de fatiga aún con las versiones B y C lanzadas para alargar la vida del modelo. Al mercado finalmente apareció en 1964 con su denominación definitiva 911, ya que la marca de Stuttgart tuvo que cambiarla para sortear una demanda interpuesta por la francesa Peugeot ya que poseían el derecho (o se lo atribuyeron) de todas las denominaciones de modelos con tres cifras y un cero en medio.
Fue diseñado por Ferdinand Alexander Porsche y Erwin Komenda, hijo mayor de “Ferry” Porsche y dueño de la empresa, donde debía seguir el legado del 356 desarrollado en tiempos de guerra en la fábrica que poseía la empresa en Gmünd (Carintia, Austria)
Este primer modelo exhibía ciertos rasgos de identidad que algunos de ellos han llegado a nuestros días, como el motor bóxer, o algunos que han desaparecido (con no pocas rasgaduras de vestiduras de ilustres porschistas) como la refrigeración por aire. En particular el motor era un 6 cilindros bóxer con 130 cv y una velocidad máxima de 202 km/h (series 0, A y B).
Los motores bóxer, heredados de la industria aeronáutica a partir de la prohibición después de la II Guerra Mundial, aprovecharon para introducir estos tipos de motores de cilindros opuestos que además permitían disponer de un centro de gravedad más rebajado. Cabe destacar que al tener el motor colocado por detrás del eje trasero (herencia del VW), el comportamiento es más delicado, y más teniendo en cuenta que por estas épocas no se conocían las ayudas electrónicas, por ejemplo, en caso de frenada en apoyo, la trasera te puede adelantar con bastante facilidad, lo que se arregla con cierto gas, pero para ello debes tener ciertas dotes de piloto, ya que además la dirección podría darte cierta sensación de flotabilidad. En conjunto, estos primeros 911 eran para conductores, digamos, por encima de la media.
Este modelo tenía la misión de “sacudirse” su parentesco con sus “primos” Volkswagen (el 356 compartía cierta genética con el Escarabajo y el model T1), todos recordamos como el inigualable e histriónico Jeremy Clarkson sigue llamando al 911 como “el escarabajo con zapatos de carreras”. Para esta misión la escalada de potencia y versiones debía progresar rápidamente y en 1966 se lanzaba el acabado S con 160cv. Posteriormente aparecía la famosa versión Targa (de gran difusión en EEUU) que orgullosamente se proclamaba como el primer cabrio seguro del mercado al disponer del característico arco antivuelco y ventanilla trasera en cristal y/o PVC. Eso sí para disfrutar de este Targa (palabra que significa escudo en italiano) debías armarte de paciencia ya que la producción se retrasó comenzando en diciembre de 1966.
En este mismo año el motor alcanzó su máximo esplendor alcanzando 160cv en el 911S, este modelo tiene un carga simbólica muy elevada ya que fue el primero en equipar las famosas llantas Fuchs en su característico diseño de 5 brazos, donde se alojaban los primeros discos de freno realizados huecos para su refrigeración y retraso de la fatiga.
Este modelo fue la base de algunos de las primeras glorias de este 911, con el 911 ST aligerado a 960 kg, Porsche cosechó éxitos como en las 6 horas de Daytona, 12 horas de Sebring, los 1000 km de Nurbürgring o el Targa Florio. En el modelo de competición el motor 2,4 litros alcanzaba 270cv a 8000 rpm, una auténtico hito tecnológico, actualmente son rara avis dado que su producción estuvo limitada a los años 1970 y 1971.
Pero el 911 debía crecer en potencia y el 6 cilindros bóxer obtuvo mayor cilindrada en 1969 donde aumentó hasta 2,2 litros (series C y D), luego pasó por 2,4 litros en 1971 (series E y F),
En 1972 llegó uno de los primeros “puntos de control” de nuestra singladura, el 911 2,7 Carrera RS. Si desglosamos el nombre las siglas RS vienen por la alemana “Rennsport” y Carrera por la famosa Carrera Panamericana que se celebraba en Méjico, donde en los ’50 Porsche se había granjeado un gran palmarés. Con 210cv y un peso inferior a los 1000 kilos, (¡qué diferente a la deportividad de hoy en día con coches cercanos a los 2000 kilos y 600cv turbo!) marcó un hito en la historia, como por ejemplo su característica cola de pato fue el primer spoiler trasero en un vehículo de serie o las vías ensanchadas donde alojar sus llantas de diferente diámetro atrás (4” delante / 6” detrás) para intentar mitigar el carácter, de su arquitectura todo atrás.
Este vehículo es uno de los más demandados por los coleccionistas y fue fabricado debido al requerimiento por parte de la FIA de tener una pequeña serie producida para poder ser la base de vehículos de competición. Fueron producidos unas 1600 unidades, sobrepasando claramente el límite impuesto por la FIA en ese grupo 4 de unas 500.
De este modelo existen varias versiones que a cambio de un buen montante de dinero, el 911 Carrera RS era sensiblemente más caro que el 911S, pero podíamos tener un coche de competición con muy pocas modificaciones. Disponía de mejores frenos, suspensiones optimizadas o inyección multipunto. Las versiones de competición aligeradas rebajaban el peso en otros 100 kg.
En el Carrera RS se podían encontrar por primera vez muchos de los rasgos característicos que forman parte de la identidad del Porsche 911
En 1974 aparecería un Carrera RS 3.0 con otra escalada de potencia hasta los 230 cv, e inyección electrónica Bosch, esta versión llegó a costar casi el doble que el Carrera RS 2,7 pero no era un cuestión del aumento de potencia (apenas unos 20cv) si no que a cambio te llevaban un chasis muy similar al del Carrera RSR 3,0 de 1973 de competición y los frenos del Porsche 917, el uso de chapa más ligera y el interior reducido a la mínima expresión, permitía arrojar un valor en báscula que apenas superaba los 900 kg.
Estas versiones RSR, existía en versiones 3,0 litros y turbo, en particular una unidad turboalimentada acabó 2º en las 24 Heures du Mans y, aunque el inicio de los modelos turbo fue con la generación 930) se consideran estos modelos como el inicio de la relación (ya nunca más rota) del turbo y Porsche.
Por último, además de esta escalada de potencia, (recién presentado el nuevo 911 GT3 con 475cv se nos antojan incluso pocos), también existió una versión más modesta del primer 911, llamado 912, presentado en 1965, con un motor cuatro cilindros y 1596 cm3 proveniente de la serie 356, que con 90cv era claramente menos ¿deportivo, rabioso?, hacía el 0 a 100 km/h en 13,5 s y alcanzaba una velocidad máxima de 183 km/h. Aunque un gran desconocido para el público en general, encontró un buen hueco en el mercado en Estados Unidos.
- Fin de la primera parte Porsche 911 50 Aniversario (I) 1963 – 1972
Leer la 2ª parte: Porsche 911 50 Aniversario (II) 1973-1989
Leer la 3ª parte: Porsche 911 50 Aniversario (III) 1988-1993. La generación 964
Leer la 4ª parte: Porsche 911 50 Aniversario (IV) 1993-1997. La generación 993
Leer la 5ª parte: Porsche 911 50 Aniversario (V) 1998-2005. La generación 996
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